Por Dossier San Juan
Se trata de Pedro Ezequiel Ivan Saitta, de 28 años, quien está acusado de homicidio en Mar del Plata y de otros delitos en San Juan. Hasta se cambió la identidad y, en la provincia, se hacía llamar Leonardo Sampieri.
Finalmente, y contra todo pronóstico, se entregó en la justicia sanjuanina uno de los prófugos más buscados del país. Se trata de Pedro Ezequiel Ivan Saitta, de 28 años, quien está acusado de homicidio en Mar del Plata y de otros delitos en San Juan. El hombre hasta se había cambiado de identidad y, en la provincia, se hacía llamar Leonardo Sampieri. Exactamente, estuvo prófugo 101 días.
Según publicó Tiempo de San Juan, el presunto homicida y estafador, se entregó junto a su abogado Fernando Bonomo en las instalaciones del Centro de Abordaje Violencia Intrafamiliar y de Género (CAVIG), lugar donde estaban a la espera los fiscales Claudia Salica y Juan Manuel Gálvez. Este edificio está ubicado en la esquina de calles Rivadavia y Avenida Alem.
El jueves último, se llevó adelante la audiencia de formalización contra Saitta, el juez de Garantías decidió enviarlo al Servicio Penitenciario Provincial por el término de dos meses, mientras los fiscales investigan el caso.
Su historial delictivo
Pedro Saitta tenía 18 años en 2013 cuando asesinó a tiros a un joven de su misma edad, Maximiliano Torres, en Mar del Plata. Lo acusaba de haber asaltado a su hermana y entendió que la mejor manera de resolver esa cuestión era matándolo. Pero después del crimen logró escapar y nunca más se supo de él a pesar de integrar la lista de los prófugos más buscados. Sin embargo, esta causa de Saitta se conoció luego de que explotara la bomba en San Juan.
En junio pasado, Saitta apareció en la piel de Leonardo Sampieri, un hombre condenado en San Juan, en primera instancia, por tenencia de arma y, luego, al reincidir en el delito le dieron prisión efectiva con cumplimiento domiciliario en la localidad de Concepción por una causa de violencia de género. En ese interín, la policía sanjuanina descubrió su verdadera identidad, pero cuando fue a buscarlo a ese domicilio para tomarle las huellas, no lo encontró.
Pedro Ezequiel Saitta (o su falso duplicado, Leonardo Sampieri) volvió a estar prófugo y por el momento se desconoce su paradero, pese a que la policía de San Juan y la de Mar del Plata se unen por estas horas en el esfuerzo orientado a localizarlo.
De acuerdo a la información inicialmente publicada por el diario Tiempo de San Juan, Sampieri era un conocido agenciero de autos usados con local en la avenida Guillermo Rawson, casi intersección con avenida Libertador, en plena Capital. El local se llama «Royali Cars» y se dedicaba a la venta y permuta de autos. Actualmente, está cerrado. Algunas fuentes afirmaron que, antes de escapar, sacó varios autos y los distribuyó por el centro sanjuanino para tener un sostén por si algún día volvía.
En el mes de junio, la policía sanjuanina investigaba un robo y ciertos datos revelaron que quien podía tener parte del botín era el agenciero Sampieri. Por eso le allanaron su casa en la localidad de Concepción y lo que los policías encontraron fue un arma calibre 9 milímetros y una granada de humo. Tras ser detenido, en un solo día aceptó la pena de 2 años y 2 meses de prisión de cumplimiento condicional, a través de un juicio abreviado por Flagrancia.
El allanamiento, según Sampieri, fue arbitrario, violento y denunció a los policías de la subcomisaría Villa Hipódromo, los encargados del procedimiento. Sampieri era hasta ese momento un pujante empresario del rubro de los autos usados y se creyó en el derecho de accionar contra la fuerza policial. La causa se judicializó e incluso algunos policías fueron trasladados a destinos más alejados, como “castigo”.
El 6 de julio pasado, una amante lo denunció por amenazas y Sampieri fue detenido, y la Justicia sanjuanina autorizó el arresto domiciliario. Cuentan en la Fuerza que la mujer estaba embarazada y fue a su casa a pedirle dinero. Sampieri, con su tradicional accionar, sacó su arma, le apuntó y le dijo que no lo molestara. De lo contrario, tendría consecuencias irreversibles. La mujer igual lo denunció, lo detuvieron y, como reincidió en el delito, le dieron prisión efectiva pero, por un problema de asma, obtuvo la detención domiciliaria.
Mientras tanto el testimonio de la mujer y una anomalía que la policía advirtió en el DNI usado por Sampieri encendió las alarmas de una posible falsa identidad. De acuerdo a averiguaciones realizadas por este medio, Sampieri utilizaba un DNI perteneciente a una mujer transgénero santiagueña.
Ante estas evidencias, el fin de semana la policía fue a buscarlo a su domicilio y se constató que ya no estaba allí. Desde entonces se desplegaron distintas labores para localizarlo, incluso la articulación con la Justicia y Policía de Mar del Plata, pero por el momento sin éxito.
El último domicilio que Saitta tenía en Mar del Plata era en la zona del barrio Belgrano de Mar del Plata, donde el 18 de abril de 2013 perpetró el ataque contra Maximiliano Torres. Esa noche Saitta y otra persona, a bordo ambos de un Ford Escort, tirotearon el grupo en el que estaba Torres. Aunque hicieron al menos 10 disparos, solo uno impactó en el pecho de Torres que, malherido, fue trasladado a un hospital cercano. Días después se produjo su muerte.
Un abogado local presentó ante la Justicia un pedido de eximición de prisión para poner a derecho a su defendido, pero fue rechazado. Nunca más se supo de Saitta. Hasta este martes último, cuando decidió entregarse junto a su abogado defensor.
Ahora, su pareja, Fianna Fernández, la que estuvo en libertad en la provincia, sostiene que teme que su pareja sea asesinado en el interior del Servicio Penitenciario Provincial. Al respecto, dijo que el deseo de Saitta es que lo trasladen cuanto antes a la Unidad 15 de la Cárcel de Batán, en Mar del Plata. “Es mentira que allá lo quieren matar. Sus amigos quieren que lo lleven a Batán. Se han juntado firmas para recibirlo porque está más seguro en esa unidad”, explicó Fernández
Por otro lado, aseguró que no veía a Saitta desde que desapareció de su casa. Dónde estuvo y quién lo “guardó”, nadie lo sabe. El abogado y su mujer no hablaron al respecto. La joven aclaró que “fue muy duro todo este tiempo, no lo podíamos ver y nos preocupaba qué le pudiera pasar. Se estaba pactando su entrega. Negociando, por las garantías. Y hoy se dio. Ustedes lo vieron. Entró en buen estado de salud. Pedimos garantías por su vida y que no le hagan nada”.
