DOSSIER SAN JUAN

Un policía sanjuanino, en el ojo de la tormenta: atacó brutalmente al ex de su pareja

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Por Dossier San Juan

Se trata de Leandro Daniel Olivares, agente de la Unidad Operativa Richet Zapata. Cómo fue el hecho del que se lo acusa. Todos los detalles.

Un policía sanjuanino fue denunciado por haberle propinado una brutal golpiza al ex de su actual pareja. El efectivo en cuestión fue identificado como Leandro Daniel Olivares, de unos 31 años, ejerce de agente y presta funciones en la Unidad Operativa Richet Zapata.

Según denunció el damnificado, Guillermo Aballay, en sede de Comisaría 28ª, el hecho ocurrió minutos antes de las 19 del pasado jueves 15 de abril. Aballay se había reunido con su ex pareja para entregarle un dinero para comprar el uniforme de las hijas que ambos tienen en común (de 6 y 4 años).

Se juntaron en una tienda de ropa, allí compraron los uniformes y Aballay le ofreció a su ex de acercarla hasta su domicilio. «La iba a dejar en las cercanías de su casa porque su actual pareja -el policía- es muy celoso y se enojaba bastante cuando veía que yo iba a su hogar», dijo el denunciante.

Sin embargo, como Aballay tenía que buscar a sus hijas, decidieron que irían directamente hasta el domicilio de su ex, en Capital. Al llegar, la mujer se bajó y justo llegaba el efectivo. Al ver esa situación, el uniformado enfureció y fue directamente a increpar a la víctima.

«Me increpó, me empezó a insultar y a decirme que ‘por qué ella se bajaba de mi auto’, le explicamos que habíamos ido a comprar los uniformes para mis hijas, pero no le importó, siguió insultándome. Como estábamos en la vía pública, se metió a la casa», afirmó Aballay.

Sin embargo, Guillermo había ido a buscar a sus hijas por lo que estacionó el auto para esperar que las nenas salieran. En un momento, Olivares salió del domicilio, y le pegó una patada al auto en la parte trasera. Le hizo un abollón. El policía, totalmente desquiciado, fue hasta el lado del conductor y volvió a increpar a Aballay.

«Me bajé y me vino a agredir físicamente. Le dije que qué le pasaba, que estaba loco y que pensara en su trabajo. Me dijo que no le importaba el laburo. Me volvió a dar dos golpes de puño en la cara que me hicieron trastabillar. Se me vino y me agarró fuertemente del cuello, dejándome unas marcas en el cuello.

En ese momento, el agredido empezó a gritar el nombre de sus hijas para que salieran y lograr frenar el violento accionar del efectivo. Así fue, las nenas salieron del domicilio y fueron directamente a abrazar al padre. «Las abracé y me subí al auto como si no hubiese pasado nada, no quería que mis nenas supieran del tema. Después, me fui de ahí y él -por Olivares- se metió a la casa», relató el damnificado.

Al irse, lo primero que hizo Aballay fue tratar de comunicarse con la madre de sus hijas pero no pudo. «Entonces, le pedí a mi hermana que fuera hasta la casa de ellos, porque se habían quedado solos, y hablara con mi ex pareja. Le dijo que no tenía el celular porque Olivares se lo había destrozado. También le contó que hasta la agarró del brazo y la tiró al piso. Pero esa versión después se la negó a sus padres y a la Policía. No quiso denunciarlo», afirmó Aballay.

Tras este episodio, la víctima se fue hacia la Comisaría 28ª, a radicar la denuncia. Sostuvo que en la dependencia lo trataron bien, le tomaron la exposición y le dijeron que, a pesar de ser policía el denunciado, iban a actuar como correspondía y «que me quedara tranquilo. También fui al CAVIG para pedir protección para mi, mis hijas y mi ex pareja».

El tema no quedó ahí. El viernes pasado -al día siguiente del primer episodio-, la hermana de Aballay publicó el caso en las redes sociales y ese «escrache» llegó a oídos del policía denunciado. «Ahora -por el viernes en la tarde- recibí amenazas por parte de la madre de mis hijas, me dijo que sacara esa publicación porque Olivares podía perder el trabajo pero yo temo por mis hijas, no quiero que les pase nada», sentenció Guillermo.

Tras las últimas amenazas, el damnificado se dirigió hacia la Comisaría 25ª, con asiento en Rawson, y dejó una exposición por las amenazas recibidas. Sobre la tenencia de sus hijas, dijo que nunca fue necesario pedirla pero «no sé qué puede pasar mañana, solamente quiero el bien de las nenas», terminó.