Por Dossier San Juan
Los pronósticos son desalentadores, los diques cada vez más vacíos, el deshielo cordillerano no alcanza, ¿Qué pasará con el agua en San Juan?
“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”, así lo dijo alguna vez Leonardo Da Vinci, una frase sabia que con el tiempo toma más valor, el genio claramente, no se equivocaba. El agua es el motor más potente del mundo, la vida en la tierra sería inconcebible sin ella, lamentablemente en San Juan, los problemas hídricos cada vez son más recurrentes.
¿Motivos? Varios, pero el principal se torna a las escasas precipitaciones en alta cordillera, ya el año pasado fue desalentador el pronóstico hídrico, que aun así logró superar (para mal) las expectativas en el comienzo del 2021. Ya era habitual que el informe elaborado por la Secretaría de Agua y Energía a través del equipo de Estudios Hidrológicos del Departamento de Hidráulica fuese negativo, para este último periodo no sólo fue negativo, sino que también sembró preocupación en funcionarios y gente del sector.
Actualmente, se vive en tiempos de extrema sequía, durante la primera década de este siglo el derrame hídrico promedio anual del río fue de 2.092 hectómetros cúbicos, mientras que en la segunda fue de unos 1.163 hectómetros cúbicos. Una notable baja que no solo perjudica al ser humano, sino también a los diques, a las fincas que necesitan riego y demás.
En los tres embalses sanjuaninos (Ullum, Punta Negra y Caracoles) hay menos de la mitad del agua en comparación de la temporada pasada, la situación es tan grave que del 70% del agua que se dedicaba para riego, ahora es sólo el 50%. Esto se debe también al poco caudal de agua que trae actualmente el Río San Juan, siendo históricamente diciembre y enero los meses más ricos. A la fecha el Río San Juan trae apenas 19,48 m3/s, volumen de agua que se contrapone a los 38,5 m3/s que está erogando el dique de Ullum para regar.
Hoy en día, el Río San Juan trae un 36% menos agua de lo pronosticado, a esa problemática hay que sumarle la de los diques, que apenas tienen un 22% de agua sobre su totalidad. Ante semejante crisis, los expertos explican que pese a las grandes nevadas, el tiempo se mantiene fresco en la cordillera, por lo cual la nieve no se derrite y el volumen de agua no crece lo suficiente.
«La escasez del recurso es estructural, por un lado, vivimos en un desierto y habitamos en menos del 3% de la superficie provincial. La única fuente de agua para las cuencas de los ríos San Juan y Jáchal son las precipitaciones en cordillera, y por efecto del cambio climático, estas son cada vez más escasas según los registros históricos. Otro indicador es la retracción de los glaciares», aseguró Maximiliano Batistella, Director del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en diálogo con Tiempo de San Juan.
Los expertos esperaban un repunte en el caudal en los meses de enero y febrero, eso no pasó y de preocuparse, pasaron a ocuparse. Aseguran que será muy difícil salir de esta situación, pero no imposible. ¿Posibles soluciones? Un cambio en el paradigma de distribución del agua desde la oferta a una distribución de acuerdo a la demanda, riegos tecnificados, estrategias de riego y manejo de los cultivos que incrementen la productividad del agua y la energía.
