Por Dossier San Juan
Debido a la flexibilidad en su constitución, la mayoría comienzan por las SAS. Ahora bien, cómo se constituyen en San Juan, el fallo que cambió el criterio judicial en la provincia y cómo podría perjudicar el proyecto de reforma de estas sociedades.
El pasado 12 de abril de 2017, el Boletín Oficial de la Nación publicaba la, por entonces, denominada «Ley de Apoyo al Capital Emprendedor» -Ley Nº 27.349-, la que, entre otras cuestiones, daba nacimiento a una nueva forma de emprender: las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS, en adelante).
Entre sus características, en el proyecto original se incluían, entre las más importantes, las siguientes: la posibilidad de que se realicen con un único socio, se podían constituir de manera digital, no era necesario la inscripción ante un instrumento público, sino ante uno privado lo que abarata los costos, requieren un capital mínimo para empezar y están eximidas de presentar sus balances contables ante la Inspección General de Justicia (IGJ).
Debido a estas ventajas, fue tan requerida esta forma de constituir una sociedad que ya se crearon alrededor de 300.000 Sociedades por Acciones Simplificadas en la Argentina. Se estima que cada 10 empresas nuevas, 9 son SAS. En San Juan, por ejemplo, hasta 2019 se habían creado 400 empresas SAS con dos socios como mínimo, cuyo número estaba acorde de la estadística nacional.
Sin embargo, en San Juan, desde un principio no permitieron la posibilidad de inscribirse vía digital, sino que se debía tener el instrumento constitutivo de la sociedad e inscribirlo en el registro público correspondiente. Incluso, un juez del fuero Comercial Especial impuso otras restricciones más respecto de la ley inicial: no permitía que se constituyeran sociedades con único socio. Es por eso que hasta 2019 las SAS que se constituían eran con dos socios en adelante.
Desde ese momento, «todos los interesados comenzaron a apelar las sentencias del juez del Juzgado Comercial Especial y en la instancia superior, la Sala IV de la Cámara Civil y Comercial, los magistrados revocaron el fallo del juez inferior y, desde entonces, cambió el criterio del magistrado y comenzaron a permitir las SAS con único socio, tal como lo preveía la ley», afirmó el abogado sanjuanino Rodrigo Galván de GPC Asesores Jurídicos. A partir de ahí, las inscripciones de sociedades con socio único fueron masivas, ocupando un altísimo porcentaje del total de las que se creaban.
Los datos positivos no tardaron en llegar. A menos de un año de su creación, en enero de 2018, se habían creado poco más de 3.000 puestos de trabajo con SAS. En 2021, la estadística se multiplicó por 18, creándose 66.585 empleos nuevos, mediante esta sociedad.

El avance rápido de las SAS produjo una alerta en uno de los legisladores, Oscar Parrilli, quien escribió un proyecto de ley nuevo sobre estas sociedades en las que se imponían algunas restricciones para su constitución. Por ejemplo, la más importante, refería a que las SAS debían presentar sus balances contables todos los años ante la IGJ, como todas las empresas. Lo fundamentaba afirmando que algunos formaban una SAS con la intención de lavar activos o dinero.
«Desde mi opinión, hay otros métodos para prevenir esto -el lavado de activos-. Además, la mayoría de las SAS no se constituyen con ese fin, sino que son personas que tienen una idea, pocos recursos económicos, quieren darle una figura legal para captar recursos, financiamiento, actuar como empresa y hacerlas crecer desde ese punto. Es decir, el proyecto de ley busca complejizar la creación de estas sociedades y evitar la flexibilización en su constitución, tal como previó en un principio», afirmó Galván. Otra cambio que busca el proyecto es ponerle fin al registro vía digital y hacerlo en soporte papel ante el registro público correspondiente.
Pese a ello, cabe destacar que en la actualidad el formato SAS «constituye un motor fundamental para el desarrollo productivo de nuestro país. Produce empleo genuino en el sector privado, como ninguna otra figura societaria lo está haciendo», expresó el letrado. Y concluyó: «Actualmente, muchos jóvenes sanjuaninos con grandes ideas pero con pocos recursos económicos, se están apoyando fundamentalmente en este tipo de entidad para comenzar con sus proyectos y buscar financiamiento. En la mayoría de los casos ese financiamiento no llega de manera inmediata sino que pasa un tiempo considerable hasta que lo consiguen. A veces esta inyección externa de capital no llega nunca. Por ello, la exigencia de mayores costos administrativos y contables, puede frustrar el desarrollo de muchas ideas potables».
