Por Dossier San Juan
Una portera de 25 de Mayo fue absuelta luego de que hasta se dejara sacar fotos mientras se aprovechaba de un menor de la escuela en la que trabajaba. Los detalles del caso.
En la mañana del último miércoles, el juez Matías Parrón decidió absolver a Paola Tejada, la portera de 36 años que fue investigada por exhibirse obscenamente y la supuesta corrupción de un menor.
La mujer fue acusada el año pasado, luego de que trascendieran fotos y videos en los que se la veía junto a un chico de 15 años en la casa de una escuela de 25 de Mayo, en la que vivía. En ellas se veía que invitaba al menor a sacarle un cigarrillo de entre sus senos y que se ‘montaba’ sobre el él.
Luego de la denuncia, también cayó preso quien tomó las imágenes, un amigo de la mujer llamado Sebastián Osvaldo Tapia, de 33 años. Él, a diferencia de la mujer, sí recibió una pena. Fue a través de un juicio abreviado en el que recibió la pena de 3 años en suspenso por el delito de producción de representaciones sexuales con menores de 18 años.
Cabe recordar que el fiscal Roberto Mallea y la ayudante fiscal Andrea Insegna, habían pedido la condena de 6 años para la mujer. Mientras que, Reinaldo Bedini, defensor de Tejada, solicitó la absolución. El Juez finalmente coincidió con la defensa. Se espera que los fundamentos de esa decisión sean dados a conocer el próximo 1 de septiembre.
Fue un caso que realmente conmocionó a toda la comunidad educativa en particular, y a toda la ciudadanía, en general. Es que no sólo saltó la denuncia del caso, sino que además había imágenes de lo ocurrido. Imágenes que luego fueron divulgadas por todos los medios locales.
En las imágenes se podía observar a la portera montada encima del muchachito o mostrándole sus senos, mientras sabía que estaba siendo fotografiada. Es más, hubo un vídeo en el que se la mostraba diciéndole al chico que le tocara las partes íntimas.
Que se dejara filmar ya se puede inferir que evidentemente era una práctica habitual de la mujer para con los menores, los que eran amigos de su hija. Al parecer, aprovechaba que los chicos visitaban a su hija para jugar y era la madre la que terminaba jugando con los menores.
La cuestión radica en que los juegos no eran los típicos para pequeños de esa edad. La mujer aprovechaba para ponerse encima de los niños, les pedía que la tocaran, entre otras obscenidades.
Sin embargo, para la «justicia» sanjuanina nada de eso se convirtió en delito. Al parecer, no es una práctica delictiva, sino todo lo contrario, pareciera que para nuestra justicia es una práctica habitual, normal de una mujer mayor con niños.
Esto podría marcar un antecedente importante para casos similares. Si ya un tribunal no lo declaró como delito, los defensores de personas que cometan esas atrocidades se podrían basar en esta sentencia para justificar la no culpabilidad de su defendido y, por ende, estas prácticas podrían normalizarse. Cuando todos sabemos que no lo es.
«Fue un juego entre los adolescentes, amigos de la hija. Ella (por la portera) se había guardado el ultimo cigarrillo en el corpiño, cuando el chico lo pidió apostaron a que se lo sacara y se lo sacó. Fue un chiste que otro chico grabó y difundió. Fue el chico quien difundió el material sin consentimiento de mi cliente», dijo Reinaldo Bedini, defensor de la acusada en los micrófonos del programa Demasiada Información, en Radio Sarmiento.
¿Pero qué estamos discutiendo? Completamente absurdo lo expresado por el letrado. Cómo es eso de que es una «joda», un «chiste», un «juego». ¿Esto realmente es un juego o se asemeja más a una situación abusiva? Encima Bedini se «enoja» porque el material se difundió sin el consentimiento de su clienta. Es una completa locura. Cada vez, como sociedad estamos aceptando y normalizando actitudes que son delictivas. Es muy peligroso este sendero ya que el margen entre lo delictivo y lo no delictivo, se acorta cada vez más.
