Por Bernardo Sánchez Bataller
Por la eliminación de las PASO, el giojismo decidió abrir un nuevo frente en la Cámara de Diputados y, por ende, se separó del bloque oficialista. Una disputa que ya tiene algunos años.
«Fuego amigo» es un término proveniente de la jerga militar y hace alusión a «los disparos provenientes del propio bando». Claramente, esa situación llevada a la política sanjuanina se puede avizorar en la separación que se produjo en los últimos días en el propio bloque oficialista en la Cámara de Diputados de la provincia.
Fue en la sesión extraordinaria del jueves 16 de diciembre cuando, de manera sorpresiva ya que no estaba prevista en el orden del día, el oficialismo presentó el proyecto de ley para eliminar las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia.
Con 23 votos a favor y 13 legisladores que no votaron, la idea de Sergio Uñac prosperó y en San Juan no habrá elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, ya que se trató dentro del plazo correspondiente que es de 18 meses previos al llamado de elecciones.
Esto generó un cisma dentro del propio frente y tres diputados del Justicialismo sanjuanino decidieron judicializar la ley y, luego, en conferencia de prensa anunciaron que se abrieron del bloque uñaquista para abrir un propio bloque llamado «Frente de Todos San Juan». Los diputados en cuestión son Juan Carlos Gioja, Leonardo Gioja y Gabriela Seva.
El tema radica en que el problema se armó entre los propios. El «fuego amigo» fue el que decidió generar una situación de quiebre en el propio frente y la oposición se quedó como un espectador más, viendo desde afuera como el oficialismo se dividía, pese a que el propio Uñac había pedido que ello no ocurriera.
Pese al pedido del gobernador, el trío de los dos Gioja y Seva presentaron una demanda para declarar la inconstitucionalidad de la ley. Lo hicieron ante la Corte de Justicia de San Juan. El máximo tribunal afirmó que primero debía ser tratado por los tribunales inferiores.
Ante esto, la presentaron en el Juzgado Contencioso Administrativo. La jueza a cargo de ese juzgado, Adriana Tettamanti, hizo lugar a la cautelar presentada por los diputados giojistas. Según el comunicado que emitieron desde el espacio, la magistrado «ordenó la suspensión de la vigencia de los artículos 35 y 135 de la ley 2348 N, sancionada y publicada en el Boletín Oficial el 16 de diciembre pasado». No obstante, esto no significa un freno definitivo a los cambios en el Código. La jueza deberá resolver si es constitucional o no la modificación del Código.
De acuerdo a lo que trascendió, el oficialismo piensa apelar la decisión de Tettamanti. Según razonan, la cautelar se utiliza ante la aplicación inminente de una medida. Es decir, busca frenar un daño inmediato. No es lo que sucede en este caso. Para las elecciones faltan 18 meses, un plazo más que suficiente para que se resuelva la cuestión de fondo. Por lo que la cautelar no tendría sentido porque no impide ni frena ningún daño inminente, según publicó Tiempo de San Juan.
Sin dudas que este quiebre tarde o temprano se iba a dar ya que, por lo bajo, desde el oficialismo siempre contaron los problemas que existían entre el uñaquismo y el giojismo. Aparentemente, el giojismo iba a plantarse en las PASO 2023 con un propio candidato para disputarle al uñaquismo el que pasaría a las elecciones generales de 2023.
La eliminación de las PASO le bloqueó esa posibilidad al giojismo y, ante ello, no tuvieron otra medida que judicializar la cuestión. Es que con esta ley no iba a haber otra opción que un solo candidato por frente y eso el giojismo no estaba dispuesto a «bancar».
El problema entre ambos salió a la luz con este episodio pero ya se sabía de los inconvenientes entre ambos. En el lugar donde más se vio reflejado fue en las elecciones a intendente en Rawson en 2019, donde el oficialismo si tuvo primarias. El candidato giojista, Rubén García, se terminó imponiendo ante el de Uñac, Pablo García Nieto.
El camino para la oposición quedó allanado y claramente en nada beneficia que haya un clima tenso en el frente oficialista. De seguir este cisma, es probable que el giojismo abra un partido aparte para las próximas elecciones, quitándole votos al uñaquismo y, quizás, provocando una derrota electoral en 2023, en manos de la oposición.
Es decir, ambos tienen dos años para limar asperezas. De lo contrario, las elecciones de 2023 podrían ser devastadoras para el propio oficialismo. Por el momento, la causa continuará su curso en la Justicia sanjuanina. El giojismo promete ir hasta última instancia judicial.
