por Bernardo Sánchez Bataller
El 12 de octubre de cada año se conmemora el Día del Farmacéutico Argentino. En esta ocasión, el 2020 presenta un escenario inesperado para la celebración de la mencionada efeméride.
De acuerdo con un estudio realizado por Infobae, desde que comenzó la pandemia, hasta el 16 de septiembre, se registraron 34.517 casos de COVID-19 vinculados al personal de la salud en Argentina. Este número facilitado por el Ministerio de Salud de la Nación representa el 5,9% del total de los contagios en el país. De ellos, 131 fallecieron (87 hombres y 44 mujeres). De las víctimas fatales, el 64,9% eran menores de 60 años.
Leer estas cifras es motivo de dolor para cada argentino. Saber que esas personas dejaron su vida para cuidar a quienes estaban en extrema situación de riesgo es realmente conmovedor.
En la provincia de San Juan, los farmacéuticos afrontan cada jornada laboral sabiendo que tienen en sus manos una responsabilidad inmensa. No se trata únicamente de prestar un servicio a la comunidad durante un horario determinado, sino también de convertirse en portavoces de la concientización. Compartir con las personas que asisten a sus farmacias las medidas, protocolos y últimas informaciones oficiales, para transmitir tranquilidad, pero al mismo tiempo mantener a la población atenta a lo que está ocurriendo.
El rol de estos miembros del personal de la salud tuvo un significativo cambio allá por marzo del corriente año. En el marco de un nuevo Día del Farmacéutico Argentino, entrevistamos al Farm. Mauricio Barceló, Presidente del Colegio Farmacéutico de San Juan, para conocer en detalle los desafíos presentados en estos más de seis meses.
Para el principal directivo de esta institución, la mayor dificultad que surgió en las farmacias fue la incertidumbre. Por tratarse de una enfermedad desconocida a nivel mundial y por tener un poder viral atroz. Frente a este panorama, los farmacéuticos tuvieron que invertir rápidamente en recursos como la colocación de dispositivos de distanciamiento social y la compra de insumos críticos como guantes, barbijos, desinfectantes y alcohol en gel. En este sentido, la preocupación no pasaba solo por el costo que esto implicaba, sino también por el impacto negativo en las ventas provocado por la reducción en la atención.
Cuando comenzaban a llegar las primeras noticias de casos detectados en Buenos Aires, tanto el Colegio Farmacéutico de San Juan como las demás instituciones que nuclean a los profesionales de este rubro, concentraron sus esfuerzos en brindar asesoramiento y recomendaciones a los colegas. En ese sentido, el Farm. Mauricio Barceló destacó el papel que cumplió la Confederación Farmacéutica Argentina. Desde un primer momento se acompañó y aconsejó a los farmacéuticos.
Por último, el Presidente del COLFA resaltó el buen diálogo mantenido durante todo este tiempo con la Dra. Alejandra Venerando y su gabinete del Ministerio de Salud de San Juan. La coordinación de acciones fue vital para optimizar el trabajo desde las farmacias.
