Por Dossier San Juan
El efectivo es Carlos Ruarte, de 40 años, quien cumple funciones en la Delegación San Juan de la Policía Federal. Marini y Roldán, los letrados.
Una grave denuncia fue radicada en la sección Seguridad Personal de la Policía de San Juan contra un policía federal sanjuanina. Se llama Carlos Ruarte, de 40 años, y cumple funciones en la Delegación San Juan de la Policía Federal. La acusación es por acosar, extorsionar y hasta amenazar a su vecina.
Esta denuncia destapó un verdadero escándalo vecinal ya que el efectivo contó su versión y apuntó directamente contra el conocido matrimonio de abogados compuesto por Marisa Marini y Juan Carlos Roldán, el jefe de asistentes del Hospital Marcial Quiroga.
La denuncia de los abogados
Según comentó la defensa del matrimonio, a cargo de Maximiliano Paez Delgado, todo comenzó hace unos tres meses atrás cuando el matrimonio de dos reconocidos abogados, Marisa Marini y Juan Carlos Roldán, decidieron seguir pasando la pandemia en su casa quinta en un barrio privado, ubicado en la intersección de Alfonso XIII y Calle 6, en la localidad de Médano de Oro, en Rawson. Les tocó como vecino el policía federal denunciado.
El matrimonio de letrados jamás imaginó que esa decisión se convertiría en una verdadera pesadilla. Es que Ruarte, apenas conoció a su vecina, comenzó a acosarla e invitarla a tener encuentros ínmitos, según dijeron las fuentes. De hecho, aseguraron, el hombre solía verla regar, se le acercaba y la invitaba a su hogar para tener encuentros a solas. Sin embargo, las invitaciones fueron denegadas por la mujer.
Esto enojó al máximo al policía, quien -tal como dijeron las fuentes- se jactaba de su trabajo para decirle, entre otras palabras, que le iba a hacer la vida imposible.
Los letrados empezaron a alquilar su casa quinta a sus familiares y allegados para que realizaran ciertos eventos íntimos y poder pasar un día fuera de sus vivienda. Claro, contaba con pileta y otras comodidades que lo hacían un agradable hogar para disfrutar de los festejos.
La defensa afirmó que estos festejos fueron aprovechados por el efectivo policial para comenzar con su accionar contra su vecina. «Cada vez que había un encuentro allí, llamaba a la Policía. Caía personal de la subcomisaría Médano de Oro, junto a Flagrancia», dijo una alta fuente.
La Justicia observaba el encuentro, veía que no había bebidas alcohólicas, música, se respetaba la cantidad de presentes y confirmaban que en ese hogar no había delito alguno. De esa manera, les permitían continuar con el festejo.
Esas llamadas se replicaron en varias oportunidades y, en al menos tres ocasiones, llegaron los fueros de Flagrancia pero nunca podían iniciar una causa porque el encuentro estaba dentro de los parámetros del protocolo sanitario elaborado por el Comité Covid-19.
Previo a que cayera la Policía y Flagrancia, el efectivo federal ya le había prometido que, como no aceptó sus invitaciones, le iba «a hacer la vida imposible» con la Policía ya que, según las fuentes, decía que tenía a los uniformados del Médano de Oro a su disposición. Esto fue entendido por la defensa de Marini como extorsión primero y, luego, amenazas.
Hartos de la situación, el matrimonio decidió judicializar el caso. Junto a su abogado defensor, se presentaron en Seguridad Personal y radicaron una denuncia por amenazas la que recayó en el Cuarto Juzgado Correccional, y otra por extorsión, cuya investigación está a cargo del Primer Juzgado de Instrucción, dijo una fuente del caso. Previo a la denuncia, Marini había intentado, por la vía del diálogo, recomponer la relación con Ruarte pero este estaba empecinado en echarla del barrio.
Además de la denuncia contra el policía federal, no descartan ir contra los efectivos de la subcomisaría Médano de Oro ya que cada vez iban al domicilio de Marini, ingresaban sin autorización alguna directamente al interior del hogar, rompiendo con toda intimidad familiar, afirmaron las fuentes consultadas. También dijeron que Ruarte tiene problemas con otros vecinos, los que fueron agregados a la causa como testigos.
Versión del policía federal
Según comentó Ruarte, Marini siempre alquilaba su casa quinta de ese barrio residencial del Médano de Oro para distintos tipos de eventos. Afirmó que se jactaba de sus contactos políticos y «pesados» para hacer lo que quisiera con esa propiedad.
Según afirmaron desde la defensa de Ruarte, en el reglamento interno del barrio existe una cláusula en la que se explicita que esas propiedades pueden ser utilizadas exclusivamente para uso familiar. Es decir, no sólo en tiempos pandémicos no se puede alquilar, sino también en épocas normales. El uso familiar se debe a que se trata de un área residencial y, además, el Médano es un área protegida, dijeron.
Las primeras denuncias de Ruarte y su mujer, Nilda Koziol, comenzaron en noviembre pasado, cuando empezó a alquilar la casa quinta, ubicada por la intersección de calle Alfonso XIII y Calle 6. Eran por ruidos molestos, la Policía llegaba y salía Marini para jactarse de sus «altos y pesados contactos políticos». Les decía que ella colaboraba con merenderos y otras cuestiones más, todas para lograr evadir a la Justicia, tal como afirmó la defensa.
Luego, ya en plena pandemia, la mujer siguió alquilando la propiedad de manera clandestina, dijo Noriega. «Mi cliente me contó que la alquilaba para que hicieran fiestas los viernes, sábados, domingos y hasta feriados. Llegaba el jueves y ya caía un jardinero a cortarle el pasto y una mujer a regar plantas y limpiar casa para dejar todo listo para los eventos clandestino», sostuvo la letrada.
Atento al relato de la defensa, el matrimonio incumplía totalmente con el protocolo ya que, a simple vista, se podía observar la presencia de un número desorbitante de asistentes -se habla de alrededor de 50 invitados en algunas fiestas- y hasta bebidas alcohólicas.
Es más, -según la defensa del policía- la abogada Marini tenía publicada su casa quinta para alquilar en páginas web. Afirmó que hasta hubo una banda de música en unos eventos. «Es a ella a quien detestan los vecinos, no a mi cliente», dijo Noriega a este medio.
Debido a la gran cantidad de denuncias de la mujer de Ruarte -que era quien siempre denunciaba-, Marini les habría dicho que les haría la vida imposible.
Anteriormente, el policía ya le había radicado una denuncia por amenazas -que cayó en el Tercer Juzgado de Instrucción-. Según le contó Ruarte a Noriega, Marini había amenazado a la esposa del policía diciéndole que no iba a parar hasta echarlo de su trabajo.
Pese a ello, Noriega ya presentó la eximición de prisión de su cliente por las causas que hay en su contra: una de amenazas en el Cuarto Juzgado Correccional y una por extorsión en el Primero de Instrucción. Noriega afirmó que el viernes presentará una enorme documentación que probaría cómo se realizaban eventos en esa casa quinta del matrimonio de abogados Marini y Roldán.
