DOSSIER SAN JUAN

Era un show esperadísimo por los cauceteros pero terminó en escándalo: ¿qué pasó?

Compartí con tus amigos

Por Dossier San Juan

Hubo fuertes críticas de los fanáticos pero a la jueza poco le importó y realizó su accionar, según dijo, “como corresponde”.

La desesperación del sector bolichero por generar recursos económicos está a la vista de todos. Algunos, desde un principio, habilitaron sus lugares como eventos gastronómicos, otros prefirieron no abrir.

Es que para abrirlos como lugares gastronómicos se requiere de algunas habilitaciones que no estaban contempladas cuando lo hacían como boliches. Y mucho menos, en época de pandemia en la que se necesita garantizar ciertos requisitos propios de Salud Pública como la creación de burbujas –mesas de hasta 8 personas bien distanciadas unas de otras-, el uso de barbijo de todos los presentes y otras más.

Lamentablemente, esa desesperación jugó una mala pasada para un bolichero caucetero. Es que buscó realizar un mega evento “gastronómico” que contara con la presencia de un reconocido cantante de cumbia nacional –el Dipy- pero no le salió para nada bien.

Según comentaron fuentes policiales, todo comenzó cuando vieron que desde el boliche caucetero comenzaron a publicitar la venida del cantante el Dipy. Venía a realizar una gira por distintos lugares sanjuaninos. Entre ellos, a uno del departamento del Este.

La publicidad sorprendió de sobremanera a los efectivos cauceteros ya que sabían de antemano que el lugar no contaba con las habilitaciones correspondientes. Había intentado abrir el boliche como un lugar gastronómico pero no lo habían dejado por la falta de habilitaciones.

Sin embargo, aprovecharon la venida del Dipy para hacer una gran apertura del lugar. Como corresponde, desde la Comisaría Novena citaron al bolichero y le pidieron todas las habilitaciones correspondientes. Le faltaban unas tres: la de Salud Pública, Planeamiento y una tercera que no fue confirmada.

Al no tener el lugar en reglas, desde la Policía le advirtieron que si lo abría, le caerían al lugar para clausurarlo. Ante la polémica, el bolichero caucetero decidió no abrir el local

Esta medida enojó de sobremanera a los fanáticos ya que, incluso –y según dijeron fuentes policiales, algunos ya habían adquirido sus entradas, las que tenían un precio de entre 500 y 700 pesos.

Es más, hubo una intervención de la Jueza de Paz de Caucete, Luciana Salvá, quien dijo que el lugar no estaba habilitado y que ya había sido clausurado con anterioridad por no tener las habilitaciones correspondientes. Agregó que no se garantizaba ni el distanciamiento, ni el uso de barbijo de los presentes.

Desde la Policía no tuvieron otra que advertirle que cerrara las puertas y cancelara el show porque, de lo contrario, iban a tener que lidiar con el enojo de los fanáticos y la situación podía terminar en un verdadero escándalo. Para peor, el bolichero perdió el dinero que había puesto para contratar al Dipy.