DOSSIER SAN JUAN

El primer femicidio del año en Argentina fue en San Juan: ¿hubo un pacto de silencio en la familia?

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Por Dossier San Juan

Fue el caso que estremeció a todos los sanjuaninos y argentinos ya que la noticia fue tema de agenda en los medios nacionales. Detalles exclusivos de lo que ocurrió en la difícil investigación judicial para terminar dando con el femicida.

El año 2022 comenzó realmente convulsionado en San Juan y fue debido a que se produjo el primer femicidio del país. Fue el de la nena llamada Yoselí Ailén Rodríguez Pereyra, de apenas 10 años, en la localidad de Media Agua, en Sarmiento. El femicidio ocurrió durante la madrugada del pasado 1 de enero y tiene como único sospechoso a su tío Juan Carlos «Pelado» Rodríguez, de 24 años. Todo indicaría que sería él quien la mató ya que se lo confesó a un policía, según los medios sanjuaninos, y también por otro dato que aún no apareció en la prensa local pero será develado en esta nota.

Previo a ello, es menester recordar el relato que el fiscal Ivan Grassi le expresó al juez de Garantías. Según el funcionario judicial, el «relato estremece hasta las entrañas. Después del festejo, la menor se fue a dormir a casa de su tía, ubicada en el mismo predio de su vivienda. Momentos más tarde, el primo -haciendo referencia a Rodríguez- ingresó a la vivienda de su mamá, donde dormía la menor, aprovechó esa situación y con grave desprecio al género la sacó del lugar para llevarla 80 metros al Este hasta un descampado. Allí la accede vaginal y analmente y la apuñala 11 veces en cuello y rostro. Después la arrastra 5 metros al Sudeste, la deja semidescubierta, esconde el cuchillo y huye».

Para continuar, el Fiscal se refirió a los relatos de los testigos. Comentó que, «alcoholizado, a las 6 se fue a la casa de la mamá. Lo vieron llegar con manchas de sangre y dijo ‘me la mande’, según relató un familiar a la Fiscalía». Y agregó: «Una mujer lo vio a las 7, y dijo que se metió al canal con sangre en las manos. También lo observó regresar del descampado un hermano, quien dijo que estaba descalzo, con tierra y sangre. A él, el imputado le aseguró que se había agarrado a pelear. Estaba muy nervioso».

Más contundente aún, Grassi reveló que un testigo oyó al hombre decir: «Me la mandé, la maté». Y afirmó que, las pericias indican que, «el imputado puede entender la criminalidad de sus actos».

En ese contexto, pidió la calificación del caso como «abuso sexual con acceso carnal con homicidio triplemente agravado, por alevosía, criminis causa y violencia de género». Y solicitó además un año para investigar el caso y un año de prisión preventiva para Rodríguez, con traslado inmediato al Servicio Penitenciario.

Sin embargo, existen algunos detalles importantes para la causa y que aún no fueron provistos por el fiscal, ni trascendieron en los medios de comunicación sanjuaninos.

Según relataron fuentes judiciales a Dossier San Juan, cuando el cuerpo de fiscales llegó a la escena, se encontró con Yoselí tirada en el suelo, con cortes en el cuello y lastimaduras en todo su cuerpo producto de las espinas y malezas que había en el descampado.

Para comenzar con su labor, fueron hasta la vivienda de la pequeña. Presuntamente, allí estuvieron durmiendo la víctima junto a sus primitas, en una suerte de pijama party. Sobre el hecho, ningún familiar quería hablar y contar lo sucedido.

Alegaban no saber qué había ocurrido. Sin embargo, según contaron fuentes calificadas, tras seis horas sin datos sobre el asesino, una de las primitas se quebró y confesó lo sucedido. «Empezó a putear al tío que estaba ahí con la familia y le decía `vos fuiste hdp, decí la verdad, vos te la llevaste y la mataste´».

En ese momento, las sospechas se centraron en el tío, a quien se lo notaba incómodo con la situación. Los policías lo detuvieron y a uno de ellos le confesó que efectivamente había asesinado a su propia sobrina. Aunque en sede judicial, prefirió no declarar.

Desde la Justicia, -si bien no lo expresaron formalmente, sí se habla en los pasillos- sospechan que toda la familia sabía lo que había sucedido con Yoselí pero que existió «un pacto de silencio» para no incriminarlo. Al parecer, en esa familia no sería anormal que Yoselí fuera abusada por el tío y se sabría de esa situación entre ellos.

El presunto «pacto de silencio» duró hasta que la prima de Yoselí decidió confesar lo ocurrido e incriminar al «Pelado» Rodríguez como el violador y asesino de la nena.

De igual forma, en esas zonas campestres en las que las propias cifras indican que los abusos sexuales son intrafamiliares, la Justicia debería haber allanado, en primer lugar y de inmediato, las viviendas de los familiares de la nena.

Lo hicieron una vez que trascendió que Rodríguez había sido el asesino. Fueron seis horas después del hallazgo del cuerpo. En ese tiempo, el hombre hasta podría haber lavado la ropa que tenía ensangrentada y, posiblemente, en este momento, a casi una semana del hecho, no se encontraría el culpable o no habría pruebas en contra para incriminarlo.