DOSSIER SAN JUAN

El lamentable descubrimiento del retroceso cultural

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Por Dossier San Juan

Los ojos de San Juan se posaron en Sarmiento, el departamento ubicado en el sur de la provincia se ubicó en el centro de la escena gracias a deplorable hechos de explotación laboral.

Dormir entre cartones, trabajar largas horas, secuestro de DNI, por esas cosas y muchas más tuvo que pasar una familia salteña en el Departamento de Sarmiento. Explotación laboral es poco para el calvario que atravesó  una mujer junto a sus dos hijos de 11 y 12 años. ¿El objetivo?, cosechar aceitunas, ¿la promesa? Un mejor pasar económico, nada de eso pasó y el dueño de la finca, de nacionalidad boliviana, se aprovechó de la familia, incluso descontándoles la comida y el “hospedaje” del paupérrimo salario.

La persona a cargo del chantaje es Ricardo Cruz Guzmán, de 45 años, y hace varios que vive en la Provincia de San Juan. La casa de la desgracia está ubicada en calle Eugenio Vargas, en la localidad de Media Agua, al consultarles a los vecinos del lugar, explicaron que en el último año, la familia construyó “misteriosamente” unos locales y un rancho atrás. Gendarmería y el  Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores fueron las entidades que tomaron cartas en el asunto.

A los pocos días de conocido el caso, la familia acusada tomó el toro por las astas y salió a defenderse con los tapones de punta. “Todo es una mentira, ella nunca estuvo dos semanas estuvo solo dos días nada más. Mi papá por intermedio de un hombre llamado Iván Guerrera trajo a 13 personas de Salta y otras 4 de Mendoza donde se les pagó el pasaje, y ellos con el trabajo tenían que retribuir ese dinero” expresó la hija de Ricardo, Edelmira Guzmán.

Como si se tratara de una novela de televisión, Ricardo Cruz Guzmán tuvo sus adeptos. Es que la mujer salteña que realizó la denuncia, pasó de acusadora a acusada. Esto sucedió gracias a que algunos trabajadores que prestaban servicios a Guzmán, salieron a defenderlo con capa y espada. «En ningún momento hubo explotación, y esto que hizo la chica de Salta dejó a mucha gente sin trabajo. Ellos nos dan hospedaje, no nos deben nada y nos dan el lugar para cocinar. Yo me siento cómodo más allá de todas las cosas que se han dicho».

Al igual que en un juego de domino, más fichas comenzaron a caer. El departamento Sarmiento se convirtió en el centro de todas las miradas, y lamentablemente en sinónimo de esclavitud. Una denuncia llegó a la Justicia Federal y luego de un fuerte operativo se constató la existencia de un lugar en donde había  una gran cantidad de trabajadores rurales que habían sido reclutados en provincias del Norte Argentino como Salta, Jujuy y Santiago del Estero. “Estaban en condiciones de indignidad, alojados en boxes de 2 metros por 1,20 con cuchetas adentro. Había no menos de 120 personas que debían usar letrina en ese alojamiento sin agua potable. Hay menores, con situaciones de enfermedades porque hemos detectado hasta chicos con sarna» explicó el titular del RENATRE San Juan, Oscar Bernard.

Claramente el hecho va más allá de uno o dos casos de “esclavitud”, las autoridades ya lo catalogaron como una red de explotación laboral. En el último lugar hallado, fueron 120 las personas encontradas, varias de ellas se negaron a abandonar el espacio argumentando que aún les debían plata de la “cosecha de aceitunas” y preferían quedarse a esperar la paga, algo insólito.

“Estamos haciendo las presentaciones necesarias para producir en la paga lo que se les debe y que ese lugar no exista más porque es el reflejo de lo que no debe existir en el siglo XXI, el delito de trata es la sumisión a la esclavitud, que los sanjuaninos tengamos una situación de esta naturaleza es alarmante”  expresó Oscar Bernard.

Los casos sorprendieron a más de uno, como dijo el Director del REATRE, es inviable que este tipo de situaciones ocurran en el siglo XXI, que exista tanta falta de educación, de ética, de moral. Hasta el momento se aguarda la determinación de la Justicia Federal, sin lugar a dudas las autoridades deberán trabajar arduamente, no solo para solucionar, sino para prevenir, hacer valer los derechos de cada ser humano y que nada de esto vuelva a ocurrir.