DOSSIER SAN JUAN

Crimen en Chimbas: ¿la disputa por el «territorio» desencadenó el enfrentamiento y posterior asesinato?

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Por Dossier San Juan

Como consecuencia del hecho, murió Mauricio Maurín Vargas, de 26 años, alias «El Pochi». Dos días después, dieron con el presunto asesino: un miembro del conocido clan delictivo de «Los Pastelitos» Sosa.

Durante la tarde del pasado domingo, se produjo un enfrentamiento entre dos bandos, en el interior de Villa del Sur, en Chimbas. Primero, fue con golpes de puño hasta que sacaron las armas de fuego y siguieron con los disparos. Como consecuencia de ello, murió un joven, identificado como Mauricio Maurín Vargas, de 26 años, alias el «Pochi». Dos días después, se entregó el principal apuntado del crimen, Nahuel Guardia Sosa, integrante del conocido clan delictivo de «Los Pastelitos» Sosa.

Hasta el momento, se sabía cómo había ocurrido el hecho, quién había muerto y quién sería el que efectuó el disparo mortal que entró en la zona del tórax del «Pochi». Sin embargo, restaba definir cuál había sido el desencadenante del enfrentamiento. Según relataron los vecinos, quienes prefirieron no dar su identidad, la principal hipótesis de la disputa sería el «territorio». Dicho de otra forma, quién maneja el negocio de la droga en esa zona.

Según contaban, en la vivienda del Nahuelito» Sosa supuestamente se vendería marihuana y cocaína, mismo negocio que tendrían algunos de los integrantes del bando del fallecido.

Otra hipótesis que se esbozó es que el problema sería por un abuso que cometió uno de los integrantes del grupo de «Los Pastelitos» Sosa, contra un o una miembro del bando del «Pochi». Esta versión también la manejan en la Policía. Lo que no supieron afirmar es si el presunto abusador era el acusado del crimen. Nada se descarta, todo se investiga.

Sobre el hecho, relataron que el grupo del «Pochi», todos de Villa El Milagro, fueron hasta el barrio colindante, Villa del Sur, a buscar al «Nahuelito» hasta su casa. Aparentemente, en las afueras de esa vivienda, se produjo la batahola y, luego, el crimen de Vargas.

Todos los cañones apuntaron, como posible homicida, a Nahuel García Sosa. Afirmaron que el joven salió con un arma de su vivienda y comenzó a disparar. Uno de esos proyectiles impactó en el tórax del «Pochi» Vargas y lo mató casi instantáneamente.

Estos relatos son los mismos que obtuvieron la Policía y los fiscales. Es por ello que, desde ese domingo en la tarde, empezaron a buscar al «Porteñito». Fueron a su casa y ya no estaba. Lo declararon prófugo. El martes último, terminó entregándose en Tribunales, por consejo de la defensa, a cargo de Jorge Olivera Legleu.

El jueves último se llevó a cabo la audiencia de formalización contra el principal -y único- sospechoso. En esa presentación, se lo imputó de homicidio doblemente agravado por el uso de arma de fuego y por la premeditación de dos o más personas. Además, el juez de Garantías lo mandó al Penal de Chimbas, imponiéndole un año de prisión preventiva, mismo tiempo que tendrán los fiscales para investigar. Su defensor había dicho que «durante el proceso, vamos a acreditar con distintos testimonios que Nahuel Sosa no estuvo en el lugar del hecho». Evidentemente, su estrategia no funcionó.

En el barrio se notó cierta tensión. Ningún vecino quiso ser filmado, ni contar su versión frente a las cámaras. Todo lo expresado fue off the record, por miedo a represalias de familiares tanto de la víctima como del victimario.