DOSSIER SAN JUAN

¿Cómo es recibirse en plena pandemia en San Juan?

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Por Dossier San Juan

Estudiantes universitarios sanjuaninos relataron sus experiencias de rendir la tesis de manera virtual. ¿Camisa, saco, short y ojotas? Los detalles.

La primera medida para combatir la pandemia de coronavirus -en la inmensa mayoría de los países- fue el confinamiento. Es decir, al no haber vacunas ni tratamientos, todos debíamos quedarnos en casa y no salir. Por ende, varios rubros cerraron las puertas, inclusive el sector académico.

Luego de un gran parate, las universidades sanjuaninas crearon un protocolo para rendir tesis. La que nunca paró fue la Universidad Católica de Cuyo, la Nacional empezó a funcionar en junio. Como desecharon la posibilidad de la presencialidad, todos los exámenes debieron rendirse de manera virtual.

Varios estudiantes sanjuaninos -ya recibidos, lógicamente- comentaron sus experiencias a la hora de dar su último final. El protocolo cuenta con una plataforma exclusiva de las universidades -similar a Zoom- y un documento de Word con todas las pautas.

Para iniciar, desde las universidades consultan a sus alumnos si aceptan rendir vía web. De no aceptar, hay que esperar a que el aluvión pandémico cese. Como no hay fecha para ello, para contrarrestar la ansiedad no la piensan y automáticamente dan el SI.

El día «D», el estudiante debe ingresar, media hora antes, a la página de la universidad, luego entrar a la sala virtual y subir el documento de Power Point. Una vez que llega la hora, exhibe su Documento Nacional de Identidad y, ya con el OK les informan que tiene 30 minutos para exponer.

Sin embargo, para igualar a la presencia, el alumno puede invitar a familiares, amigos y allegados, para que ingresen a la plataforma y observar en vivo la exposición. Micrófono cerrado y solamente prestar atención al exponente. Desde el lado evaluador, los mismos: el jurado, la directora de tesis y hasta representantes de los departamentos académicos.

Una vez terminada la exposición, comienza el debate entre los evaluadores. Para ello, el estudiante debe salir de la sala y volver a pedir la conexión. Ya resuelta la nota, lo hacen ingresar al alumno, le cuentan el resultado y firman un documento donde escriben la devolución final.

El detrás de cámara, realmente, es una incógnita. El recuadro de la cámara solo muestra desde el cuello hacia arriba. El cuello de la camisa, la cabeza de la corbata y los hombros del saco. ¿Para abajo? En las redes, algunos recibidos contaron que estaban de ojotas y short. Sin embargo, los entrevistados vistieron de traje.

En cuanto a las sensaciones, los ya profesionales comentaron que es extraña la manera de rendir. «Estás frente a una pantalla, las cámaras de los evaluadores estaban apagadas, así que no se sabe si te escuchan o no, si se corta internet o no», finalizaron.