Por Dossier San Juan
El crimen ocurrió en julio de 2019. Dos años después comenzó el juicio contra el único acusado: su propio marido. Ya declaró, también lo hizo el amante y otros profesionales que hundieron al imputado. La pena, prisión perpetua. Los detalles del caso.
El crimen de Brenda Requena Montaña fue un caso que mantuvo en vilo a todos los sanjuaninos por varios días. Es que, en un primer momento, el marido radicó la denuncia por averiguación de paradero -es decir, creía que estaba desaparecida- y luego se supo que, en realidad, el propio esposo la había asesinado. Desde el lunes se está llevando adelante el juicio por el asesinato y el único acusado es su marido, identificado como Diego Álvarez. El hombre ya declaró y confesó que la mató.
El femicidio ocurrió el pasado 11 de julio de 2019, en un descampado ubicado en la localidad de Campo Afuera, en Albardón, a unos pocos metros de la vivienda de la víctima. La mujer apareció quemada y con algunas partes de su cuerpo desmembradas, como los pies y las manos.
Según la versión que tomó más fuerza, ese día Brenda había acordado juntarse con su amante, José Miguel Guajardo, en ese descampado. Sabía que su marido, Diego Álvarez, no iba a estar en su domicilio por unas horas y le dijo al amante de juntarse en esa zona de Campo Afuera. Álvarez estaba al tanto de la relación extramatrimonial de su esposa y estaba esperando el momento de encontrarlos juntos para desatar su ira.
Y eso fue lo que ocurrió ese 11 de julio. Álvarez volvió unos minutos antes de lo que debía, no vio a su mujer en su domicilio y comenzó a recorrer el descampado porque lo primero que se imagino fue que su mujer estaba con Guajardo. Su hipótesis se hizo realidad. Los encontró juntos, agarró una piedra y se la tiró en la cabeza al amante y le dijo que se fuera, sino lo iba a matar. Guajardo huyó de la escena y abandonó a Brenda, dejándola a la suerte de Álvarez.
A las horas, el marido se comunicó con la madre de Brenda, Laura Requena, para decirle que su hija había desaparecido del hogar y no sabía de su paradero. De inmediato, el hombre radicó la denuncia en la Comisaría 18ª y comenzaron a buscarla intensamente. Incluso, para seguir despistando, Álvarez dio una entrevista a los medios locales, en la que le pedía a su mujer que regresara al hogar, que sus hijos la estaban esperando.
A los dos días, hallaron el cuerpo de Brenda en un pozo de ese descampado de Campo Afuera. La escena con la que se encontraron los efectivos fue macabra. La mujer estaba incinerada por completo, con algunas de sus partes desmembradas. Tras algunas investigaciones, el primer apuntado fue su esposo, Diego Álvarez, quien luego confesó que la asesinó.
Lo detuvieron y, tras recolectar las pruebas suficientes, el juez Guillermo Adárvez, a cargo del Tercer Juzgado de Instrucción, lo procesó por femicidio, un delito que refiere a que mató por odio a la mujer y que tiene como pena única la prisión perpetua.
El caso ya comenzó su camino hacia la sentencia el pasado lunes. Ese día, empezó el juicio por el crimen en la Sala Primera de la Cámara Penal. Debido a la complejidad del caso, la Justicia decidió que la Sala debía componerse por su tribunal, cuyos jueces son Victor Hugo Muñoz Carpino, Miguel Ángel Dávila Saffe y Juan Bautista Bueno.
El mismo lunes, en la primera audiencia, declaró el esposo de Brenda, Diego Álvarez, el que está defendido por los abogados Alejandro Castán y Alejandro Oliver Montilla. En su testimonio, reconoció que asesinó a su esposa. Dijo que la estranguló y la mató, pero que no recordaba nada más.
El hombre demostró no recordar mucho lo que ocurrió hace casi dos años. Aparentemente, la estrategia de la defensa será probar que Álvarez actuó en «emoción violenta», teniendo como pretexto que sabía que su esposa lo engañaba con Guajardo, con el que lo vio minutos antes de asesinarla. De esa manera, buscarán reducir la pena.
El martes fue la segunda audiencia. Declaró la psicóloga en primera instancia, luego el amante, José Miguel Guajardo, y finalmente, uno de los chicos que estaban cazando pájaros y vieron a Álvarez después de que cometiera el atroz crimen.
La psicóloga lo hundió más al presunto femicida al caracterizarlo como un machista. Lo describió como un manipulador, un hombre frío, para nada empático y controlador. Para Álvarez, la mujer es una persona sumisa al hombre. Por otro lado, la psicóloga aseguró que el asesino estaba en todos sus cabales cuando la mató y que, de ninguna manera, se trató de un caso de emoción violenta. Incluso, la querella, a cargo de Filomena Noriega, le consultó por qué cree que hizo la denuncia cuando supuestamente había desaparecido. La profesional respondió que se debió a una cuestión propia de su carácter manipulador ya que, con la exposición, tendía a «manipular» la prueba y evitar que se sepa que Álvarez la mató.
En segunda instancia, fue el turno del amante, José Miguel Guajardo. Arrancó afirmando que a Brenda Requena desde que la conoció hasta el día de su muerte la vio en tres ocasiones. La última vez fue ese 11 de julio de 2019, cuando se juntaron en ese descampado de Campo Afuera, en Albardón. Sostuvo que, en un momento, Álvarez los sorprendió y con una piedra le pegó en la cara a Guajardo. Luego, le dijo que se fuera de allí, sino lo iba a matar. Guajardo huyó.
Fue en el medio de la declaración del amante, cuando Álvarez lo interrumpió y le dijo que dijera la verdad de lo que había pasado. Guajardo respondió que estaba contando lo que realmente ocurrió. Sin embargo, siguieron los entredichos hasta que el tribunal los frenó. Luego de ello, los camaristas decidieron que ambos iban a estar cara a cara en una próxima audiencia.
También, declaró uno de los menores -el que ahora ya es mayor de edad- que vio al esposo luego de que asesinara a Brenda. El muchacho relató que lo vio nervioso y con sangre en las manos. Álvarez se les acercó y les pidió que se fueran del lugar.
El miércoles ocurrió la tercera audiencia, quizás la más cruel de todas. Es que fue el turno de la madre de Brenda, Laura Requena y del médico forense, Alejandro Yesurón, quien dio detalles escabrosos de la autopsia. Fuentes del caso afirmaron que Laura Requena relató que el día que su hija desapareció, Álvarez se comunicó con ella en «varias ocasiones». En una de esas llamadas le dijo «que se la había mandado», en otra le explicó que Brenda se había escapado junto a su amante, José Miguel Guajardo y que huyeron con $30.000 propiedad de Álvarez.
Agregó, además, una descripción sobre Álvarez. Expresó que el femicida era un hombre celoso, golpeador ya que a Brenda la vio una vez con marcas en el cuello, y muy controlador. Esto último lo ejemplificó con la cuenta de Facebook que tenían para ambos, que estaba a nombre de Álvarez y era manejada por él. Otro ejemplo que dio fue que el asesino no dejaba que Brenda tuviera otro celular que no sea el que tenían para ambos. Es decir, los dos se manejaban con un solo celular. De esa manera, afirmó la mujer, sabía todo el tiempo con quién se comunicaba la víctima.
En segundo lugar, declaró el médico forense, Alejandro Yesurón. Lo trascendental de su testimonio, según fuentes tribunalicias, fueron los detalles estremecedores que dio de la autopsia. Afirmo que a Brenda la estrangularon, la hicieron agonizar, la desmembraron -tal vez con un cuchillo- los brazos y pies y, finalmente, la quemaron con neumáticos, con el fin de desaparecer su cuerpo.
El juicio continuará en lo que resta de la semana y los días siguientes. El caso llegaría a su fin la semana siguiente, luego de que declaren todos los testigos anotados y del careo previsto entre Guajardo y Álvarez. Todo se encaminaría a la pena de prisión perpetua.
