DOSSIER SAN JUAN

Save Ralph: En San Juan hay emprendedores que trabajan con conciencia sustentable

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Por Bernardo Sánchez Bataller

Luego de la reciente viralización del video en el que un conejo animado cuenta cómo son maltratados los animales, Dossier entrevistó a Melisa Pérez y Ana Vargas, dos sanjuaninas que tienen proyectos de cosmética natural.

Save Ralph es un cortometraje de animación en stop motion, escrito y dirigido por Spencer Susser. Esta pieza audiovisual tiene como protagonistas a Taika Waititi, Ricky Gervais, Zac Efron, Olivia Munn, Pom Klementieff, Tricia Helfer y Rodrigo Santoro.

En las redes sociales, el video se volvió tendencia por la cantidad de veces que los usuarios lo compartieron en sus perfiles. Esta acción situó nuevamente bajo la lupa la práctica que realizan distintas empresas al utilizar animales como prueba de sus productos.

Para conocer más acerca de las acciones que se llevan adelante en materia sustentable, Dossier San Juan conversó con dos emprendedoras de la provincia.

Melisa Pérez, creadora de “Rústica Cosmética Natural”, manifestó que “Save Ralph” le pareció una idea genial y pensó que era una muy buena herramienta para concientizar a la sociedad acerca de todo lo que ocurre detrás de las grandes industrias de cosméticos. Para ella es importante destacar que si este tipo de iniciativas buscan generar conciencia, debería haber más datos accesibles al público. Es decir, cada persona que vea el video también tendría que verse batallada con información sobre qué medidas tomar al respeto. Meli expresó que, si ese cortometraje hizo ruido en la cabeza de alguien, es el primer paso súper importante para llegar a un objetivo mayor.

Ana Vargas, creadora de “Diente de León”, dijo que para ella el video muestra una realidad que sucede hace años y que para muchos era desconocida. Ella recordó que en la industria cosmética, como en varias otras, se realizan testeos en animales ya que en distintos países lo piden obligatoriamente, mientras que en otros solicitan avales para que sean aprobados dermatológicamente. Para Ana este video logró que se dieran a conocer muchas marcas que testean y las que no. En lo personal, ella se sorprendió al encontrarse con empresas que creía que no implementaban este tipo de prácticas, pero sí lo hacen. La emprendedora también resaltó que esta iniciativa es un primer acercamiento al tema, pero nada de esto es efectivo si no se toman acciones para cambiar la realidad.

Cuando Meli comenzó con “Rústica”, su idea surgió principalmente porque en ese momento era consumidora de cosmética libre de crueldad animal. En ese entonces, en San Juan no había muchas opciones accesibles y ella solía comprar fuera de la provincia. Así fue como decidió empezar a investigar los procesos de producción de cosméticos naturales, cómo obtener todos los beneficios que la naturaleza brinda a través de las plantas, y de a poco comenzó a elaborar sus propios productos de higiene personal. Meli comentó con emoción que sus amigas empezaron a pedirle que les venda esos productos y allí inició todo.

En el caso de Ana, “Diente de León” es un proyecto que surgió de una necesidad personal. Ella se encontraba buscando alternativas para una afección en la piel que tiene desde hace 10 años y fue así como descubrió todo el mundo de la cosmética natural. Cuando comenzó a probar estos productos, notó que los resultados eran a largo plazo y sin efectos secundarios. A partir de ahí, investigó, estudió y realizó distintos cursos. Ana se formó en cosmetología, cosmiatría y química cosmética y también hizo cursos de cosmética natural. Su idea era poder elaborar productos que además de satisfacer las necesidades de las personas pudieran colaborar ayudando al medio ambiente con ingredientes no tóxicos.

Para Ana al principio fue bastante lenta la aceptación por parte del público sanjuanino, porque hace 3 o 4 años no se conocía tanto sobre cosmética natural. La emprendedora hizo énfasis en que la gente tiende a desconfiar de las cosas que son nuevas, distintas, artesanales y esto implicó un proceso lento. De todas maneras, Ana expresó que también hubo un cambio a nivel mundial, con el tema del calentamiento global. Esto implicó que surgieran alternativas a distintas problemáticas que fueran más sustentables. La cosmética fue una de ellas y por eso la gente empezó a buscar esa opción con más confianza.

Desde el rol que cumplen los emprendimientos con perspectiva sustentable, Meli consideró que es muy útil apuntar hacia procesos productivos respetables con el medio ambiente. Sobre todo en la cosmética, ya que es una de las industrias más contaminantes que existe, junto con la industria textil y la ganadería. Cree firmemente que pequeños cambios hacen una gran diferencia y la enorgullece que su emprendimiento, por más pequeño que sea, puede llegar a muchas familias que deciden cambiar sus hábitos para con el medio ambiente. Además aportan a la economía provincial, que es muy valioso dada la situación que atraviesa el mundo por la pandemia.

Al respecto, Ana comentó que para ella en cosmética natural la sustentabilidad pasa por la transparencia en los procesos de elaboración, la procedencia y composición de los mismos y su impacto ambiental.

En vistas a futuro, ambas emprendedoras reflexionaron acerca de las acciones que se podrían impulsar para seguir concientizando.

Para Melisa Pérez es un proceso muy largo y lento, ya que se trata de ahondar en cuestiones muy arraigadas que tenemos como seres humanos. Su propuesta como emprendedora es que la gente se interese en salir a la búsqueda de opciones que cuiden su propia salud, el planeta y otras especies animales. Esto implica fundamentalmente salir del supermercado e ir a pequeñas ferias barriales, herboristerías, tiendas naturistas nacionales, etc. “Allí es donde se apunta cuando hablamos de concientizar, lograr ese cambio de hábito y por supuesto que lleva tiempo y esfuerzo de todos en conjunto”, dijo Meli.

Por su parte, Ana Vargas manifestó que cada pequeña acción suma. “Me encontré con un posteo en las redes qué decía lo siguiente: sé imperfectamente vegano, sé imperfectamente cero residuos, sé imperfectamente libre de plásticos, sé imperfectamente sustentable, porque un pequeño cambio consciente es mejor que ninguno», comentó la emprendedora. Ella siente que cada persona puede ayudar desde donde esté. No se puede ser consciente de lo que no se conoce, pero Ana cree que uno va cambiando o sumando hábitos sustentables a medida que conoce el impacto de estos.