Por Dossier San Juan
Hugo Godoy, Alejandro Bustos y Fabián Ovejero fueron acusados por adulterar el agua potable. La defensa insiste en que fue un error humano y pide excarcelación.
Sorpresa e indignación se llevó parte de la población sanjuanina días atrás cuando al abrir los grifos de sus respectivas casas el agua salió totalmente turbia y con poca presión. Las denuncias empezaron a caer sobre OSSE, miles de llamados telefónicos, por lo que la empresa comenzó a investigar de inmediato, llegando a la conclusión que hubo una mala manipulación en la Planta Potabilizadora de Marquesado que contaminó directamente el suministro de agua potable.
La investigación reveló que abrían una válvula de emergencia y se perdía agua en el turno noche, esta válvula estuvo abierta durante cinco horas por lo que el agua se redirigía a un desagüe de la cual después pasó a la red de agua potable. Es decir, el agua estuvo por debajo del nivel para tomar agua potable y empezó a tomar del agua turbia que estaba en la parte baja del piletón donde el agua deposita sedimentos y es potabilizada.
OSSE decidió echar a los tres empleados responsables de la mala maniobra, además de denunciarlos penalmente. Es por eso que los operarios Hugo Godoy, Alejandro Bustos y Fabián Ovejero se presentaron en tribunales y el juez decidió dejarlos detenidos por dos meses mientras avanza la investigación.
El fiscal, Grassi, brindó detalles de cómo fue el trabajo realizado por estos tres empleados de OSSE, fueron claves para que el juez de Garantías Federico Rodríguez, entendió que habían elementos suficientes para considerarlo responsables de dicho delito.
Los tres acusados tuvieron la posibilidad de expresarse, aunque sólo uno lo hizo. Víctor Bustos, considerado como autor del hecho, dijo que fue un error humano, en sus propias palabras comentó ante el juez: “Esa noche estábamos vaciando un descartador y para ver si podíamos descargar más rápido moví la llave sin saber que se podía introducir turbiedad en la reserva grande”, comentó el operario.
Además, Bustos agregó “Es un error humano, no quise causarle daño a nadie. Yo tomo agua, mi familia, mis nietos toman agua. No fue mi intención, es un error humano como lo podemos tener todo, cuando nos dimos cuenta ya había ingresado turbiedad a la reserva grande.”
Como se dijo anteriormente, los otros dos acusados se abstuvieron de declarar, aunque se expresó la defensa. Néstor Olivera acompaña a Marcelo Sandez como abogado de Godoy, el abogado, al igual que Bustos, reconoció que hubo una maniobra indebida esa noche, pero que se trató de una falla humana.
Si bien el Código Penal contempla la adulteración, para Olivera lo que se debería investigar es “envenenamiento, porque la adulteración vale para otros productos”. Pero, además, dijo que esta falta es “un delito de peligrosidad, se tiene que comprobar que era gravemente peligroso para la sociedad”.
La investigación judicial tiene un plazo máximo de cuatro meses, según explicó el fiscal Iván Grassi, el peligro concreto se ocasionó porque ingresó barro del decantador, donde había microorganismos potencialmente peligrosos, que vienen con el agua naturalmente. Esa sería la acción que constituiría el delito de adulteración de agua potable. Que no hayan anotado en las planillas los resultados del turbidímetro podría entenderse como una forma de ocultar lo que ocurrió. Sin embargo, los encargados de la defensa insisten en que no hubo intencionalidad y pidieron excarcelación.
