Por Bernardo Sánchez Bataller
En diálogo con Dossier San Juan, la Arq. Laura Cocinero evaluó el impacto de la pandemia e hizo referencia a los estilos que priman en este momento.
La pandemia de COVID-19 provocó cambios en distintas facetas de la vida. Muchas de estas modificaciones parecen haber llegado para quedarse. En el caso de la arquitectura y el diseño de interiores, la distinguida Gabriela López, junto a su equipo, publicaron recientemente un estudio acerca de las tendencias para esta década, a partir del impacto provocado por el coronavirus. Para comprender mejor esta investigación, se consultó a una persona idónea en la materia: la arquitecta Laura Cocinero.
“Las tendencias, tanto en diseño como en cualquier rubro, parten en base a algún suceso. Surgen por necesidades y reflexiones que hacemos los profesionales para avanzar”, afirmó la sanjuanina, en la entrevista que tuvo con este medio.

En 2019 hubo muchos incendios y 2020 fue un año en el que continuó este problema. Sobre todo en Brasil y Australia. Como si esto fuera poco, luego llegó la pandemia y también generó nuevos hábitos. Muchas horas frente a la computadora, falta de tacto por el distanciamiento y problemas con el gusto y el olfato provocados por el virus, son algunos de los inconvenientes más habituales que han enfrentado las personas en este tiempo. Frente a esta situación, la arquitecta Laura Cocinero asegura que las tendencias de la época apuntan a lo sensorial, a volver a las raíces. Además, anticipó que se viene un estudio muy fuerte en el diseño para incursionar en lo olfativo.
A partir de la investigación realizada por la arquitecta Gabriela López, se pueden identificar las siguientes 4 microtendencias para la próxima década:

Elemento fuego. Es una corriente que tiene que ver con lo industrial. Está presente en bares y desde lo conceptual se relaciona con la refacción de fábricas en los años ‘50. De acuerdo con Laura Cocinero, esta tendencia va a continuar por un tiempo con la memoria a lo romántico, de la vieja época.

Elemento tierra. Trabaja con colores minerales, ocre e incluye piedra naturales y con texturas. Aplica a comercios y también viviendas. El diseño de interior residencial utiliza mucho el mármol de carrara y las piedras con vetas fuertes, en baños y lugares protagonistas. Se proyecta con líneas simples o geométricas.

Elemento agua. Implica todo lo que tiene que ver con los vegetales y la naturaleza. Está aplicado en algunas gráficas de vidrieras. Es una tendencia que ha crecido frente al encierro, la necesidad de tener contacto con la naturaleza y el hecho de poder respirar aire fresco. En el interior de las casas se relaciona con renovar las emociones. Los colores son verdes y celestes. Su paleta cromática tiende a los tonos fríos. Esto también ha repercutido en las telas, ahora hay diseños que se hacen con palta y otros vegetales.

Elemento aire. Está asociado a lo virtual. Crear espacios que sean como de video juego. No se suele recomendar para lo residencial, pero al sector comercial le aporta mucha identidad y personalidad. Genera sensación de inmersión con la marca y ello fortalece el vínculo con sus clientes.
