Pidieron que lo condenen a cinco años de prisión efectiva por presuntamente haber abusado sexualmente de varias pacientes que decidieron denunciarlo. Paradójicamente, no corrió con la misma desgracia que el resto de los implicados en similares delitos: llega al juicio en libertad.
El oftalmólogo sanjuanino que fue denunciado por abuso sexual en perjuicio de sus pacientes, Oscar Kerman, irá a juicio y ahora afronta una pena de al menos 5 años de prisión efectiva, tras una fuerte acusación de la Fiscalía. Es que desde el Ministerio Público no sólo rechazaron la propuesta de abreviado en dos oportunidades, sino también ofrecieron una teoría del caso que compromete al reconocido profesional.
Según se supo en la audiencia del miércoles, la defensa de Kerman representada por los abogados Franco Montes y Marcelo Fernández instó a que el proceso judicial finalizara con una probation para su cliente. Ofrecieron que fuera de un año y seis meses con tareas comunitarias, sometimiento a un tratamiento psicológico y hasta una reparación simbólica de 40 mil pesos.
Sin embargo, los fiscales del caso -Eduardo Martínez y Roberto Ginsberg (en ese entonces al frente de la causa)- rechazaron un posible acuerdo y luego fueron fiscales superiores los que respaldaron esa decisión tras la insistencia de los letrados. El argumento fue que como el delito que se investiga fue cometido en un contexto de violencia de género, la política criminal del MPF impide que se prosiga con la solución del conflicto a corto plazo.
Tras explicar las razones del revés, los fiscales Claudia Salica y Martínez expusieron su teoría del caso y fueron a fondo con la acusación de abuso sexual simple en 8 hechos, en concurso real. «Cosificaba a las víctimas, tuvo la voluntad de hacerlo una y otra vez», indicaron al mismo tiempo que resaltaron un detalle en común entre todas las denunciantes excepto una: eran pacientes ocasionales. Es que todas llegaron a su consultorio por urgencia, salvo una que fue dos veces; primero por urgencia y luego para un control.
Acorde señalaron, Kerman «cada vez que podía sorprendía a sus víctimas» cuando las saludaba al final de la consulta, dándoles besos y tocándolas indebidamente. «Aprovechaba los contextos y las despedidas para manosearlas, con aproximación de sus cuerpos», dijeron y agregaron: «Tenía un juego de seducción con sus pacientes, en el que las indagaba con un interés sexual y nunca hubo consentimiento para ello. Incluso, mantuvo esa conducta abusiva con menores presentes».
Según las denunciantes, el oculista les hacía preguntas que nada tenían que ver con su presencia en la clínica y hasta las llegaba a halagar, antes de aprovecharse de la aproximación en la despedida. Es por eso que para los fiscales, todas esas acciones encuadran en un abuso simple puesto que cumplen con requisitos básicos para la comisión de ese delito: contacto corporal, vulneración de la integridad y ausencia de consentimiento. Todo ello confluye, a su ver, en una conducta abusiva acreditada.
Por su parte, la defensa se encargó de cuestionar las declaraciones de las denunciantes y aseveró que había incongruencias entre los relatos que se ofrecieron primero en la denuncia y luego en la ampliación de declaración para la investigación. Los defensores sostuvieron que no hubo acciones penales en su patrocinado y por ello pidieron el sobreseimiento.
Si bien el juez de Garantías Andrés Abelín Cottonaro prosiguió con la audiencia para encaminar todo al juicio oral y público, los abogados advirtieron que recurrirían al Tribunal de Impugnación para pedir por la suspensión de juicio a prueba.
Fuente: Tiempo de San Juan.