DOSSIER SAN JUAN

Hasta siempre, Wey

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Por Dossier San Juan

Se metió en el corazón de todos los sanjuaninos, fue un ejemplo de lucha y sacrificio, sembró ilusión y enseñanza, un lamentable accidente terminó con su vida. Siempre en nuestros corazones, Wey.

Atravesó su vida como un luchador, con una pasión inigualable por el Motocross, había perdido un brazo hace poco menos de seis meses y, luego de una milagrosa recuperación, había vuelto a competir. Sin embargo, toda la alegría y todos sus sueños se apagaron este domingo cuando perdió la vida tras sufrir una caída en una prueba en la localidad cordobesa San Agustín.

Alberto Zapata había logrado regresar definitivamente a las pistas. En su vuelta salió undécimo, pero cada vez que daba un salto el público lo ovacionaba. Con eso alcanzaba. Pero, tras ese puesto 11, el cuatro de marzo viajó a Chubut y se subió al podio. “Primer podio después de mi amputación. Los resultados del trabajo diario, deseos, sueños y un momento verdaderamente inolvidable”, contó otra vez en Instagram.

¿Qué más podía pedir? Ganar una carrera: «Primer puesto en categoría MX2 (junior o intermedia) no me lo creo todavía. Cada día que pasa puedo sentirme un poco más cómodo sobre la moto y en la vida. El semillero, los chicos de la categoría 50 cm3, salieron al público a recaudar dinero para mí; la verdad, me llenan el corazón, los más chicos me hicieron emocionar, no tengo palabras. Agradecido a Dios por mantenerme con vida y a toda la gente, amigos que me ayudan. Gracias a todos por los mensajes y buenas energías», escribió tras su victoria en Chubut.

La semana pasada fue tercero en El Algarrobal, en Mendoza. Pero la película terminó mal este domingo en San Agustín. Allí se presentó en una competencia por la segunda fecha del campeonato cordobés de Motocross. Esta vez el joven Zapata encaró un salto y no pudo controlar su moto en la caída, lo que provocó que los pilotos que lo seguían desde atrás no pudieran esquivarlo y lo pasaran por arriba. Zapata fue trasladado al hospital pero esta vez los médicos no pudieron hacer nada y el piloto falleció a los 23 años.

La muerte del “Wey” Zapata no sólo conmocionó al mundo del motociclismo, sino también a una provincia entera, que se había hecho eco de su recuperación y sus inmensas ganas de vivir y disfrutar de lo que amaba. Wey quería correr y se entrenó para volver a subirse a una moto. Pero ¿Podía hacerlo? ¿Estaba en condiciones? ¿O podía convertirse en un peligro para terceros o incluso él mismo?

“Lo que le pasó no era porque le faltaba un brazo y no podía correr, era una cosa de carrera que le puede pasar a un piloto con dos brazos. Justo le tocó a él y la gente critica. Pero era el destino, Dios se lo quiso llevar” aseguró Carlos “Dibu” Morales, amigo de motocross de Wey Zapata. En ese sentido, el reconocido piloto Orly Terranova, analizó: “Cada vez que alguien me preguntaba o comentaba del caso de este chico yo decía: alguien le tiene que avisar que pare, que cuide su vida, su más preciado activo. Su entorno no lo hizo, se lo motivaba para que sea ejemplo. Terminó siendo un pésimo ejemplo. La vida golpea, a veces muy fuerte, y hay que saber cuándo algunas cosas se acaban.”

En un caso tan triste, la lamentable polémica se encendió. De un lado, están los defensores del “sentido común”, del otro los que premian la pasión y argumentan que el motocross no fue el culpable de la muerte del “Wey”. ¿Se debió poner algún límite?

Otra voz autorizada que se expresó fue la de Franco Chancay, parte del equipo médico  que estuvo a cargo de la rehabilitación del “Wey” Zapata, quién aseguró que “lo más difícil fue manejar la ansiedad de él debido a las ganas que tenía  por volver a competir. Siempre decía que una vez se quebró y salía andar en moto con una sola mano, por eso decía que ya había vivido eso y que para él sería mucho más fácil.”

“Hay muchas personas que dirán nunca nadie le dijo que no lo hiciera. Todo el mundo le decía: Wey a esa velocidad no, vas a poder andar pero no competir, pero su objetivo era competir y se fue en su ley” afirmó Chancay.

Por otra parte, Néstor Gutiérrez, periodista de “Crossprensa Argentina” estuvo en el lugar de los hechos, y afirmó “Quiero dejar bien claro que fue un accidente de carrera y que ni con los dos brazos se salvaba por cómo se comportó la moto luego de caer. No voy a discutir estupideces con nadie porque sobradamente demostró su capacidad para andar en la pista solo y en pelotón. Los pilotos que se lo encuentran caído no tuvieron tiempo físico de reaccionar a nada, ni siquiera si hubiese una bandera amarilla agitada. La velocidad y la mecánica del accidente hacían imposible cualquier tipo de reacción inmediata porque fueron milésimas de segundo entre su caída, el impacto que (creo) lo deja inconsciente y los posteriores impactos que sufre en el piso.”

No hay palabras para explicar lo sucedido, el destino quiso llevarse a una persona a la cual le sobraban ganas de vivir, derrochaba alegría, se esforzó siempre desde el primer momento luego de su accidente para volver a hacer lo que amaba, para enseñarle a los demás que nada es imposible y que con amor y voluntad todo se puede.