DOSSIER SAN JUAN

Garbarino, garantía sin confianza

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Por Charbel León Sefair

Envuelta en deudas y problemas financieros, la empresa parece no tener salida. Mientras tanto, los empleados reclaman la deuda de tres meses de sueldo, aguinaldo y vacaciones.

Los rumores se convirtieron en realidad, así como sucedió con Falabella, Ribeiro y Compumundo, la realidad de Garbarino parece correr con la misma suerte. A mediados del 2020 se conoció que la empresa había sido vendida, pero que los empleados de las sucursales de todo el país conservarían su puesto. Lo cierto es que las persianas de los diferentes locales distribuidos a lo largo y ancho del país, fueron cerrando y hay cerca de 4.000 empleados en situación de desempleo.

Crisis financiera, deudas a bancos y proveedores, sueldos impagos y cheques rechazados. Esa es la actual situación de Garbarino en el país y también en la provincia. Además, la empresa comenzó a sumar problemas judiciales, es que tanto como Aerolíneas Argentinas, como Boca Juniors reclaman que la compañía cumpla con los contratos asumidos. La aerolínea estatal y  la entidad deportiva que preside Jorge Amor Ameal, presentaron sendos recursos ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial para forzar a Garbarino a negociar sus deudas.

En un ida y vuelta, fuentes sindicales aseguran que la multinacional cerró sus puertas en todo el país, mientras que desde la empresa desmienten dicha información. La situación parecía normalizarse cuando Carlos Rosales, dueño de la cadena, estuvo a punto de concretar la venta de la misma a Facundo Prado, propietario de la firma de telecomunicaciones Supercanal Arlink, lo cierto es que Rosales rechazó la oferta y sigue en busca de otras alternativas.

Por otro lado, la Secretaria General del Sindicato Empleados de Comercio, Mirna Moral, aseguró que la empresa reconoce la deuda que tiene con los empleados, pero no tienen dinero para cumplir con las obligaciones ya contraídas. Moral expresó que desde Garbarino argumentan que AFIP le debe plata a la empresa a causa de las retenciones y es por eso que se retrasaron con los pagos.

 En el mercado entienden que la situación de la cadena parece irremediable, teniendo en cuenta que casi la totalidad de sus locales permanecen cerrados, según sus ejecutivos por el insólito temor a que el personal se lleve mercadería a cambio de la falta de cobro de sus salarios. En la actualidad, Garbarino cuenta con 200 sucursales, muchas de las cuales han sido tomadas por sus empleados reclamando la reapertura y el compromiso del propietario de la continuidad laboral.

Al igual que el año pasado, los empleados sanjuaninos de Garbarino recibieron la acreditación del Programa de Recuperación Productiva (Repro), es decir cobraron $22.000 correspondiente al salario del mes de junio. Más allá de eso, a los trabajadores les adeudan tres meses de sueldo, aguinaldo y vacaciones, por lo que la situación se torna por demás insostenible. Cabe destacar que en San Juan son 45 los empleados que prestan servicios en Garbarino.

Jorge Oribe, Subsecretario de Trabajo de la provincia de San Juan, expresó que en la repartición que dirige no se presentó ninguna solicitud de audiencia o denuncia por parte de la entidad sindical ni de los trabajadores de la empresa. Las negociaciones directamente están llevándose a nivel nacional. En ese sentido, Mirna Moral aseguró que se están llevando a cabo de manera cotidiana reuniones a nivel nacional entre el Ministerio de Trabajo y la empresa, tratando de llegar a un acuerdo para que se les pague a los empleados afectados.

Lejos de mejorar, la situación parece empeorar. En el local que Garbarino posee en el centro sanjuanino, se quedaron sin luz, a causa de ello no tienen sistema para cargar las ventas que se realizan a través de internet. A la sucursal se acercan clientes ofuscados debido a que no reciben los productos que hace tiempo adquirieron vía online, pero los empleados no pueden restituirles el dinero ni anular la venta que se hizo a través de una tarjeta de crédito ante la falta de sistema.

En el mercado entienden que la quiebra de Garbarino no sería conveniente para ninguno de los involucrados, en especial a sus propios acreedores que en su mayoría son las empresas proveedoras de los artículos que la cadena ofrece y que cada día que pasa son menos por el rechazo de las empresas a seguir abasteciendo a la cadena mercadería, ni siquiera en consignación.

Las fuentes estiman que el giro de fondos necesario para poner en marcha Garbarino nuevamente rondaría los $4.000 millones, dinero que le permitiría rearmar su capital de trabajo y volverla nuevamente operativa. A esto le debería agregar otra suma parecida en avales para convencer a los proveedores de que abastezcan la cadena nuevamente.