Por Dossier San Juan
Ambos cadáveres -el de Brenda Flores (30) y de Marcelo Vilchez (44)- fueron hallados en la mañana del viernes pasado. Los encontró la hija menor, de 3 años, de la pareja. El hombre ya tenía problemas por violento con parejas anteriores.
El viernes último, San Juan se vio conmocionada con un triste noticia. Es que un hombre, identificado como Marcelo Vilchez, de 44 años, había asesinado a cuchillazos a su pareja, Brenda Flores (30), y luego se había suicidado. Fue la hija menor de ambos, de 3 años, la que encontró ambos cadáveres y fue a avisarle a sus tíos.
Sobre cómo fue el episodio, aún no está esclarecido, En la escena del crimen, se encontraron con el cuerpo de Brenda, el que estaba en la habitación de uno de los tres hijos. Únicamente tenía puesta una remera y estaba desnuda en la parte inferior. En un principio, se sospechó que, previo a asesinarla, la habría abusado, aunque luego se supo que la mujer no presentaba signos propios de un acceso carnal. A los pies de la cama, en medio de un charco de sangre fresca, el arma con el que su pareja le dio 15 puñaladas: un cuchillo de carnicero.
Por su parte, a Vilchez lo hallaron en la habitación matrimonial. Se había ahorcado con un alambre. Estaba en la cama que hasta hace poco había compartido con la víctima fatal. Tenía puesta una remera y un short, y estaba descalzo.
Pese a los intentos de los familiares de Vilchez de involucrar a un tercero en la escena, desde Fiscalía rápidamente descartaron esa versión ya que no había indicios de que existiera otra persona en el momento del crimen. De esta manera, al no haber imputados, la causa se archivará.
«Para mí no fue como dicen, espero que se descubra la verdad. Para mí no ha sido así. Creo que todo ocurrió el jueves, yo a la nena la vi ese día sola y descalza, por eso me la traje un rato a la casa y le puse los dibujitos. Eran excelentes personas, siempre se llevaron buen, nunca tuvieron problemas con alguien. Nunca vimos que pelearan, siempre se llevaron bien, él se llevaba bien con los hermanos y padres de ella. La familia está muy mal, no puede creer que haya pasado eso, nunca se nos pasó por la cabeza. No sé qué ha pasado», son algunos de los dichos de los familiares de Vilchez para introducir a un tercero en la causa. Todos intentos fallidos teniendo en cuenta que los fiscales no encontraron pruebas al respecto.
Ahora bien, ¿se trata de una crónica con final anunciado? Y probablemente sea así. En primer lugar, se supo que ambos ya estaban separados pero, por cuestiones personales y quizás económicas, vivían en el mismo techo. Por otro lado, terminó trascendiendo que Vilchez ya había tenido problemas por violento con anteriores parejas, según publicaron los medios locales.
Incluso, allegados a la pareja -o ex pareja- afirmaron que el femicida era violento con su pareja y que solían tener discusiones frecuentemente. Otros, contaron que últimamente se mostraban tranquilos y que hacían cosas juntas -posiblemente- para recomponer la relación.
Sin embargo, esa noche de viernes nadie sabe qué ocurrió. Trascendidos relataron que hubo una fuerte discusión entre ambos -sin saber el motivo-, la que terminó ofuscando a Vilchez y asesinado a la madre de su hija de 3 años. Como sabía lo que se le venía, decidió suicidarse.
Más allá de eso, está claro que el perfil violento de Vilchez podría desencadenar en un atroz femicidio como el que terminó ocurriendo. Lamentablemente, las condiciones sociales, económicas y de otra índole, los terminó llevando a convivir pese a que no estaban juntos ya y que una situación de desequilibrio para la mente de Vilchez podría terminar en un crimen.
Es necesario que, ante una situación de violencia, las mujeres puedan mostrarlo al Estado, el que debe garantizar la seguridad de la víctima y alejar al victimario de su realidad. De lo contrario, por más conciencia que se trate de generar desde los medios de comunicación, estos hechos seguirán ocurriendo.
