Por Dossier San Juan
Comenzó a observarse en el último mes, es decir en enero. Incluso, fuentes policiales aseguraron que ya tomaron más de 20 denuncias con esa modalidad.
Una nueva modalidad de estafa comenzó a gestarse en el país en este 2021 y San Juan no fue la excepción. Lamentablemente, ya cayeron varías víctimas y que no son ancianos, ya que se trata de una modalidad bastante difícil de descubrir.
En enero tomó notoriedad en San Juan esta nueva modalidad del «cuento del tío», la que es perpetrada por bandas de embaucadores provenientes de Córdoba o Buenos Aires, provincias cuyos estafadores son los verdaderos creadores de la mayoría de las estafas telefónicas.
Anteriormente, al menos lo que se observó en todo el 2020 con la pandemia de por medio, las estafas tenían que ver con todos los planes de Anses. Esta nueva modalidad rompió con esos esquemas y, ahora, apuntan a quienes venden diferentes artículos por la web.
Un caso que realmente conmocionó a los policías de la sección Defraudaciones y Estafas de la Policía de San Juan fue la que le ocurrió a un muchacho de Rivadavia, quien prefirió no dar su identidad. El hombre vendía una cocina a $5.000. El 20 de enero recibió mensajes de un posible comprador de Buenos Aires.
Le dijo que estaba interesado en el artefacto. Charlaron por teléfono y acordaron en que le pagaría el precio de la cocina a través de una transferencia bancaria. A los minutos, el supuesto interesado le mandó un mensaje con el comprobante de la transferencia por los $5.000. Sin embargo, el dinero nunca ingresó a la cuenta del vendedor.
Eso resultó llamativo para la víctima, quien le dijo que no estaba hecha la transferencia. Como respuesta, el hombre de Buenos Aires le dijo que había depositado por error $50.000 y no $5.000, pero que ya reclamó y que le habían bloqueado la transferencia. No obstante, le aseguró que le llamaría en lo inmediato para destrabar la cuenta y girarle el dinero.
A las horas, otro sujeto -haciéndose pasar por empleado bancario-, desde Córdoba, se comunicó con el joven de Rivadavia. Esta vez era para supuestamente destrabar la cuenta. Le dijo que se dirigiera hacia un cajero automático con su tarjeta de débito. Lamentablemente, el muchacho fue.
El falso empleado bancario lo fue guiando en el cajero, hizo que cambiara la clave bancaria y pidió que se la dictara. También le ordenó que obtuviera la clave Token –código para validar operaciones- y que se la leyera cuando se lo solicitara.
En ese mismo momento, del otro lado empezó la maniobra. Primero para sacarle los $35.000 que la víctima tenía en su cuenta y transferirlo a otra cuenta. Paralelamente, sin que la víctima lo descubriera, el delincuente solicitó un crédito exprés por $250.000 a nombre del muchacho, que se lo acreditaron en minutos y que también transfirieron de inmediato a otra cuenta. Esto fue posible porque el embaucador poseía las claves Token y de la tarjeta que el mismo titular le fue dictando.
Concretada la estafa, el embaucador le dijo al joven que la cuenta estaba desbloqueada y cortó. Esté después descubrió que le faltaban $35.000 de su cuenta de caja de ahorro. Y se quiso caer de espaldas cuando notó que, además, tenía un préstamo por $250.000 y cuyo dinero no figuraba en su cuenta.
El caso fue denunciado en la sección Defraudaciones y Estafas de la Policía y no es el único. Desde principio de enero ya recibieron 23 denuncias por engaños de este tipo. Señalan que es una nueva modalidad y los que cayeron en la trampa fueron personas que deseaban vender una bicicleta, otro un kayak, un piano, electrodomésticos y hasta vehículos y a quienes le sacaron distintas sumas de dinero de sus cuentas bancarias.
En la Policía informaron que son bandas y que envían mensajes y después llaman desde números de celulares de Córdoba y Buenos Aires. Es difícil localizarlas porque utilizan celulares robados, cambian los números y abren cuentas bancarias con datos robado a otras personas que luego cierran. Por eso recomiendan ser cautos en este tipo de operaciones, jamás ir al cajero y menos entregar las claves de home banking y otros códigos de validación.
