Por Bernardo Sánchez Bataller
Fabiana Zumel es psicopedagoga, trabaja en dos establecimientos de educación privada, y dialogó con Dossier San Juan acerca del trabajo que se realiza desde los gabinetes.
El lunes 1 de marzo fue un día muy esperado en todo el país. El regreso de la educación a las aulas era el anhelo de grandes y chicos. Para los docentes por la posibilidad de construir conocimientos con los estudiantes a partir del vínculo afectivo que permite la presencialidad. Para los alumnos por todo lo que implica compartir los recreos y las jornadas de clases con los amigos de siempre.
Si bien las últimas restricciones comunicadas a nivel nacional y provincial no parecieran afectar a la educación primaria y secundaria, la psicopedagoga Fabiana Zumel le comentó a Dossier San Juan que, en los colegios en los que ella trabaja, ya tienen la experiencia previa de cómo manejar una posible vuelta a la virtualidad. Toda la comunidad educativa está expectante de lo que vaya a ocurrir y mantienen las esperanzas de que las clases puedan continuar en las aulas con los respectivos protocolos.
Desde una mirada global de la situación que atraviesa el mundo, la Lic. Zumel propone un análisis que se basa en tres conceptos. El primero es la capacidad de flexibilización, porque tanto docentes como estudiantes atraviesan un constante proceso de cambios y para ello es vital estar dispuesto a adaptarse al contexto. En segundo lugar la paciencia, ya que todos estamos aprendiendo y la incorporación de herramientas tecnológicas ha sido complicada para profesores y alumnos. El tercer concepto es la organización, que se relaciona con la tarea que desarrollan desde el gabinete psicopedagógico, para que los chicos manejen bien sus agendas y logren una conducta autónoma.
Al mirar el 2020 y reflexionar acerca de todo lo que dejó el año pasado, Fabiana Zumel comentó que desde un principio costó acostumbrarse al cambio de modalidad. Fue algo que parecía lejano y por lo tanto no lo veían venir. Para la psicopedagoga, ese cambio implicó un aprendizaje para conectarse a la distancia y llegar a cada hogar de la mejor manera. “Todos aprendimos a manejar tecnologías a la fuerza”, señaló la Lic. Zumel.
Para este año, Fabiana tiene la sensación de que están mejor armados, aunque esta bimodalidad también los cuestiona. Para los docentes es un desafío enorme planificar actividades para el grupo que estará en el aula y también para aquellos chicos que pasarán la semana en casa. La Lic. Zumel comentó que desde los gabinetes buscan sostener esta dualidad. Para ello, acompañan y recomiendan a los docentes. Además, evalúan constantemente los casos de los estudiantes, para analizar si es necesario algún tipo de adaptación.
Fabiana también explicó que hay chicos con problemas de salud que deben tomar las clases de manera exclusivamente virtual. Este año hay un gran esfuerzo por parte de los docentes con todas las actividades extra áulicas que exige esta doble modalidad.
Con respecto a las opiniones que ella ha recibido por parte de profesores y estudiantes, señaló que hay aspectos positivos y negativos. A algunos docentes les cuesta mucho esta metodología de enseñanza y no la ven como algo positivo. Los alumnos dicen que no logran organizarse cuando están en sus casas y les cuesta anticiparse. Sobre este tema, la Lic, Zumel aclaró que los adolescentes por naturaliza suelen actuar en el aquí y ahora, por lo que es esperable que este proceso de adaptación lleve un tiempo. Como aspectos positivos, Fabiana Zumel comentó que los docentes consideran que trabajar con grupos reducidos de alumnos es ideal, porque permite un contacto más directo y personalizado, y también destacan la experiencia previa en cuanto a los aprendizajes tecnológicos.
